¡VIVA LA REVISTA!

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jueves, 24 de abril de 2008

Vedettes y vicetiples (LX): Mercedes Vecino


Nacida en 1916 en Melilla, Mercedes Vecino Francés, que ese era realmente su nombre, comenzó en el mundo del teatro trabajando en la compañía de sus padres e interpretando zarzuelas. Debutó en el Teatro Novedades de Barcelona en la zarzuela Los claveles; más tarde se pasaría al género frívolo de la mano de Celia Gámez con la que protagonizó la opereta La ronda de las brujas (1934) y más tarde El baile del Savoy (1934). Tras la guerra continuó trabajando en la revista a la par que intervendría en numerosas producciones fílmicas de la época, no obstante, fue considerada nuestra vampiresa cinematográfica en los años cuarenta. Más tarde se dedicó a interpretar boleros y a recorrer casi toda nuestra geografía nacional cosechando notables éxitos. Tras casarse, se retiró definitivamente de los escenarios.

Vedettes y vicetiples (LIX): Maruja Vallojera


Soprano nacida en Bilbao en 1918 y fallecida en Madrid a finales del siglo XX. En su haber pueden encontrarse revistas de alta calidad y notable popularidad como Luna de miel en El Cairo (1943) de Muñoz Román y el maestro Alonso o Mi costilla es un hueso (1932) con libreto de Joaquín Vela y Enrique Sierra con partitura de Francisco Alonso.

Vedettes y vicetiples (LVIII): Consuelo Valencia


Vedette de music-hall forjada en Barcelona, dotada de una impresionante figura y unas excelentes dotes como cantante y bailarina, no necesitó salir fuera de Cataluña para alcanzar la más que notable popularidad de la que gozaba en su reinado en las lides del mundo revisteril.

Vedettes y vicetiples (LVII): Maruja Tomás


Vedette frívola salida, como otras tantas, de las filas de la inigualable Celia Gámez. Llegó a tener compañía propia y, cuando ya la revista iba declinando, decidió probar suerte en el mundo de la opereta imitando a su maestra, pero fracasó estrepitosamente y acabó arruinándose en los últimos años de su existencia. Siempre será recordada por ser la intérprete de la celebérrima opereta de Muñoz Román y el maestro Guerrero, ¡Cinco minutos nada menos! (1944) donde interpretaba como nadie el inolvidable pasodoble “Eugenia de Montijo, hazme con tu amor feliz, yo en cambio voy a hacerte de mi Francia emperatriz. Eugenia de Montijo si te entregas a mi amor, serás tú más que reina, dueña del emperador”. Además, destaca su participación en otras obras del género como Ladronas de amor (1941), Tú eres las otra (1951), Las viudas de alivio (1948), Te espero el siglo que viene (1948), etc.

Vedettes y vicetiples (LVI): Monique Thibout


Notable artista del género frívolo que consiguió encandilar al público masculino gracias a una asombrosa belleza de ébano. Sus insinuantes movimientos y su no menos deslumbrante apariencia consiguieron llenar los teatros en los que actuaba. Destacan en su repertorio obras como Historia de dos mujeres o Dos mujeres con historia (1947), Melodías del Danubio (1946), Entre dos luces (1946), Tres días para quererte (1945) o ¡Eres un sol! (1950) donde entonaba sensualmente la famosa canción: “Si tú vienes con buena intención, ¡ay, Ramón! Te apoderas de mi corazón, ¡ay, Ramón! Soy mimosa y un poquito, muy poco, celosa...”

Vedettes y vicetiples (LV): Maruja Tamayo


Aunque llegó a ser segunda vedette, siempre destacó por su poderosa belleza, cualidad que le sirvió para enamorar a varios hombres. Empezó su carrera en la compañía de Celia Gámez y más tarde echaría a volar por sí sola logrando notable popularidad. Acabó contrayendo matrimonio con un director cinematográfico. Destacamos, en su trabajo como actriz de teatro frívolo, revistas como ¡Cinco minutos nada menos! (1944), ¡Taxi... al cómico! (1948), Gran Clipper (1948), etc.

Vedettes y vicetiples (LIV): Amparito Taberner


Esta tiple valenciana fue contratada por el empresario José Campúa para actuar en el Romea en los años veinte. Francisco Alonso la encumbró, junto a Celia, al éxito en la revista proporcionándole algunas de notable calidad. Joven, guapa, simpática y con una arrolladora personalidad, su popularidad se vio acrecentada al interpretar el pasatiempo cómico-lírico de Muñoz Román y González del Castillo con música del maestro Alonso, Mujeres de fuego (1935), donde interpretaba como nadie y, junto a Margarita Carvajal el celebérrimo pasodoble “Carmen, la cigarrera”, dotándolo de vida y una fuerza que pocas vedettes han conseguido igualar. Destaca, así mismo, su intervención en otras producciones frívolas como ¡Que se mueran las feas! (1929) o Las mujeres bonitas (1933), entre otras.

viernes, 18 de abril de 2008

Vedettes y vicetiples (LIII): Amparito Taberner


Esta tiple valenciana fue contratada por el empresario José Campúa para actuar en el Romea en los años veinte. Francisco Alonso la encumbró, junto a Celia, al éxito en la revista proporcionándole algunas de notable calidad. Joven, guapa, simpática y con una arrolladora personalidad, su popularidad se vio acrecentada al interpretar el pasatiempo cómico-lírico de Muñoz Román y González del Castillo con música del maestro Alonso, Mujeres de fuego (1935), donde interpretaba como nadie y, junto a Margarita Carvajal el celebérrimo pasodoble “Carmen, la cigarrera”, dotándolo de vida y una fuerza que pocas vedettes han conseguido igualar. Destaca, así mismo, su intervención en otras producciones frívolas como ¡Que se mueran las feas! (1929) o Las mujeres bonitas (1933), entre otras.

Vedettes y vicetiples (LII): Cándida Suárez


Hermana de la anterior e hija del barítono Leopoldo Suárez. Se consagró en la primera década del siglo como una excelente tiple del género lírico y de la opereta interviniendo en producciones como La viuda alegre (1909) o El conde de Luxemburgo (1910) etc., e incluso participó en los espectáculos revisteriles producidos por José Juan Cadenas y Eulogio Velasco. Se casó con un adinerado hombre de negocios que la retiró de la escena en un momento en que se encontraba en pleno apogeo para, tras enviudar, volver con renovadas fuerzas a intervenir en espectáculos de variedades. Intervino en revistas como Los bullangueros (1927), Las castigadoras (1927), La suerte negra (1928), ¡Oiga... oiga! (1929), ¡Abajo las coquetas! (1928), etc.

Vedettes y vicetiples (LI): Blanquita Suárez


Donostiarra de nacimiento, comenzó a destacar desde muy temprana edad como tiple cómica representando, junto con su hermana Cándida, todo un repertorio de operetas vienesas muy en boga en la época. Debutó en el teatro Eldorado de Barcelona y su triunfo llegó a ser indescriptible. Estrenó obras de José Padilla y Álvaro Retana y a la sazón intervino en una de las revistas de mayor éxito del maestro Guerrero, El sobre verde, en 1927. Continuó trabajando hasta bien entrada la década de los sesenta cuando se retiró. Participó en revistas como Las inyecciones o El doctor Cleofás Utoff vale más que Voronoff (1927), Las alondras (1927), ¡Que se mueran las feas! (1929), Las tocas (1936) etc.

Vedettes y vicetiples (L): Merceditas Serós


Con sólo catorce años actuaba en el Edén Concert de la ciudad condal y, ya desde entonces, apuntaba grandes maneras para el cante, el baile y la actuación. Su debut oficial fue en el Madrid Cinema convirtiéndose en poco tiempo en una figura muy popular; no obstante, puede considerarse como una de las pocas artistas que únicamente cantaba las canciones que expresamente componían para ella. Pudo encumbrarse al olimpo de la frivolidad revisteril gracias a sus innatas dotes para la canción y el baile siendo, pues, poseedora de un delicioso timbre de voz y una bien contorneada figura. Posteriormente pasaría a actuar al “music-hall” obteniendo en ello notable popularidad.

Vedettes y vicetiples (XLIX): Mª de los Ángeles Santana


Esta cubana amiga de Fidel Castro fue una auténtica bomba para la época tras aparecer desnuda en uno de los espectáculos en los que actuaba bajo el título de ¡Conquístame! (1952) aunque la implacable censura no se lo permitió. Su cuerpo evocaba sensualidad por todos los poros, máxime cuando cantaba aquello de “Yo seré la tentación, que tú soñabas, yo seré la tentación, echa carne de pasión, la mujer que tú esperabas” en la revista Tentación (1951). También estrenó con notable aceptación popular la obra Tropicana (1957) en Barcelona.

Vedettes y vicetiples (XLVIII): Isabelita Ruiz


Oriunda de Jerez de la Frontera, llegó a Madrid en 1918 destacando prontamente por su tremenda agilidad como bailarina. Fue contratada por los hermanos Velasco para que interviniese en la obra Las maravillosas consiguiendo, desde su participación en mencionada obra grandes aplausos del público. Residió durante muchos años en Argentina pero, tras fracasar artística y personalmente, regresó finalmente a España para intentar proseguir con su carrera.

jueves, 17 de abril de 2008

Vedettes y vicetiples (XLVII): ESperanza Roy


Madrileña nacida en 1938, comenzó estudiando ballet con Karen Taff. Más tarde se adentró en las redes del mundo revisteril participando en múltiples espectáculos de corte frívolo. Reclutada por Muñoz Román, intervino en algunas de las revistas escritas por este genial comediógrafo como ¡Qué cuadro el de Velázquez esquina a Goya! (1963). Destacó, además de por sus dotes como bailarina, por su vis cómica y su imponente físico, caracteres muy del gusto del público que siempre la admiró. Aunque participó en diversas producciones fílmicas, sería en 1983 con la revista Por la calle de Alcalá, de Arteche y Fernández Montesinos cuando alcanzase uno de sus mayores éxitos que repetiría cuatro años más tarde en Por la calle de Alcalá 2.

Vedettes y vicetiples (XLVI): Lina Rosales


Nacida en Madrid en 1927, era hija de un modesto fabricante de muebles. Desde jovencita comenzó a sentir el gusanillo por las artes escénicas y tuvo que convencer a su familia para que la dejasen estudiar ballet y dedicarse profesionalmente al teatro después. En una única función de la obra Cancionera de los hermanos Álvarez Quintero, Estrellita Castro la vio y le dio la oportunidad de incorporarse a su compañía folclórica como bailarina. Con unos ojos deslumbrantes y una figura escultural, se mantuvo durante tres años como “sensacional supervedette” en obras como Tabú (1943), El hombre que las enloquece (1945), A la Habana me voy (1948) o ¡Aquí Leganés! (1951), entre otras. Más tarde se pasó a la comedia de la mano de Luis Prendes interpretando diversos papeles, tanto cómicos como dramáticos y participó en alguna que otra producción cinematográfica.

Vedettes y vicetiples (XLV): Ethel y Gogó Rojo


Argentinas de nacimiento, ambas poseían una escultural figura que hizo las delicias de los espectadores masculinos que asistían encantados a cualquiera de sus espectáculos. Gogó comenzó como vedette en el Martín de Madrid y después pasó al Calderón. Por su parte, Ethel, tuvo la suerte de aparentar, gracias a su extraordinaria belleza, una apacible castidad a la par que una incitante picardía convirtiéndola en “objeto” del deseo de múltiples admiradores.

Vedettes y vicetiples (XLIV): Olvido Rodríguez


Hija del cantante Lino Rodríguez, nacida en 1910, desde su infancia vivió el teatro muy de cerca trabajando lo mismo en zarzuela, opereta, revista o comedia así como en el cine y triunfando siempre en todos ellos. Estrenó obras de los maestros, Moraleda, Guerrero o Padilla y fue “segunda” en la compañía de Celia Gámez. Trabajó, además, en comedias de notables dramaturgos como Miguel Mihura para el que estrenó, junto con Fernando Fernán Gómez El caso del señor vestido de violeta en 1954. Fue superviviente del famoso incendio del Teatro Novedades. Podemos destacar de entre las revistas en que trabajó: La mejor del puerto (1928), El ceñidor de Diana (1929), Las de Villadiego (1933), Vacaciones forzosas (1946), La estrella de Egipto (1947), ¡Yo soy casado, señorita! (1948), La hechicera en palacio (1950), El águila de fuego (1956) o La estrella trae cola (1960).

Vedettes y vicetiples (XLIII): Raquel Rodrigo


Esta artista de prolíficas connotaciones, lo mismo actuaba en el cine que en teatro, igual cantaba cuplés que intervenía en comedias de variada índole, cambió su primer apellido, Rodríguez, por sugerencia del director Florián Rey. Nacida en La Habana en 1915, llegó con seis años a Madrid donde comenzó a estudiar Medicina, carrera que no llegó nunca a concluir, puesto que el mundo del espectáculo le era mucho más afín. Frágil de apariencia y de menuda estatura, desplegaba gracia, vis cómica y la suficiente capacidad de seducción en el escenario como para atraer al espectador de turno. Admirable intérprete de zarzuela, trabajó además en el cine cosechando notables éxitos en múltiples producciones de la época bajo las órdenes de Benito Perojo, Pedro Olea, Miguel Picazo, Álvaro Sáenz de Heredia o el propio Florián Rey. Se casó en 1960 y se retiró un decenio por completo del mundo artístico. Tras separarse trabajó bajo las órdenes de Fernando García de la Vega en una serie de programas dedicados a la zarzuela para TVE, luego participó en radionovelas y en diversas producciones teatrales para Radio Nacional. Entre las revistas en las que actuó destacan sus intervenciones en Las tocas (1936) o Doña Mariquita de mi corazón (1942), entre otras.

Vedettes y vicetiples (XLII): Mari Luz Real


El afamado y simpático libretista, otrora empresario del Teatro Martín, José Muñoz Román, la encumbró como vedette de escultural figura. Adornada con una agradable voz y una cara bonita, Mari Luz fue una de las primerísimas estrellas que supieron actuar y llenar con dignidad cualquier espectáculo que interpretaba. Su gracia picante y su admirable belleza fueron dos de las bazas que jugaron a su favor dentro de las lides revisteriles.

Vedettes y vicetiples (XLI): Luisita Quirós


Era, en los años veinte, una de las vedettes más admiradas de su época y ello, no sólo por su castiza belleza sino por la gracia innata con que salía al escenario. El encanto picaresco y su robusta aunque no excesiva figura hicieron de ella uno de los mejores alicientes para el público masculino de aquellos años.

Vedettes y vicetiples (XL): Blanquita Pozas


Con tan sólo catorce añitos debutó como tiple cómica en el género chico; más tarde abordaría géneros como la opereta o revista donde destacó, ya no sólo por su belleza y por su bien formada anatomía sino por su enorme talento como bailarina y comedianta. Participó, además, en algunas producciones cinematográficas de la época y contrajo matrimonio con el popular actor Miguel Ligero. Destacó en revistas como Ris-ras (1928), El divino calvo (1928), Los faroles (1928), Los verderones (1929), Los guayabitos (1929), Los caracoles (1931), Las niñas de Peligros (1932), etc.

jueves, 10 de abril de 2008

Vedettes y vicetiples (XXXIX): Milagros Ponty


Seudónimo empleado por la vedette y tiple cómica Milagros Pontirolli Collado nacida en Albacete en 1939. Inició sus estudios de bailarina con Karen Taff y los de actriz de comedia en la compañía de Enrique Rambal. Más tarde figuraría como bailarina y actriz en diversas compañías musicales como las de Celia Gámez o Zori, Santos y Codeso, con quien acabaría casándose. Alterna zarzuela, comedia y revista siempre en compañía de Manolo Codeso y pisan juntos los escenarios de Miami o San Francisco representando tanto zarzuelas como diversas antologías de música española. Destacan sus participaciones en revistas como Carambola (1956) o Tres eran tres los novios de Elena (1961) en donde la rivalidad existente con Queta Claver desencadenaría la crisis del trío Zorí-Santos-Codeso con la marcha de éste último al concluir la gira de la compañía en Burgos un año después.

Vedettes y vicetiples (XXXVIII): Laura y Victoria Pinillos


Dotadas de una admirable belleza y singular prodigio para el baile, las hermanas Pinillos destacaron prontamente por su versatilidad escénica interpretando, cantando y bailando. Ambas fueron dos de las vedettes más aplaudidas y envidiadas en los inicios del siglo XX retirándose ambas de los escenarios tras contraer matrimonio. Así, en su deambular por diversas producciones del género frívolo destaca su participación en revistas como Las faldas (1932), Las pavas (1931) o ¡Que me la traigan! (1935), entre otras.

Vedettes y vicetiples (XXXVII): Selica Pérez Carpio


Nacida en Valencia en 1900, pertenecía a una familia dedicada a la música. En 1914 consiguió su primer papel serio cuando entró a sustituir a una tiple en el teatro de Elda. Esta circunstancia hizo que el maestro Vicente Lleó se fijara en ella y le propusiera un contrato para cantar en el Teatro Ruzafa de Valencia. Su salto a Madrid lo daría en 1923 estrenando en el Teatro de la Zarzuela El sol de Sevilla del maestro Padilla y en el Alcázar El collar de Afrodita, del maestro Guerrero en 1925. Sin embargo, será un contrato para que actúe en el desgraciadamente desaparecido Teatro Apolo el que la encumbre como indiscutible y primera figura durante varias temporadas consecutivas hasta el cierre de aquél, en 1929. Representó allí, entre otras muchas, El sobre verde (1927) del maestro Guerrero. Ya en la década de los treinta se convierte en la tiple por excelencia del Teatro Calderón representando zarzuelas de Moreno Torroba como Luisa Fernanda (1932) o La chulapona (1934). En los años cuarenta quedó relegada a característica en el Teatro de la Zarzuela, donde permanecerá ya el resto de su dilatada trayectoria profesional interviniendo en la práctica totalidad de representaciones que se den en mencionado coliseo hasta 1976, siempre en papeles secundarios. Muere en Madrid en 1984 retirada ya de toda actividad artística.

Vedetes y vicetiples (XXXVI): Carmen Olmedo


vedette de revista dotada de unas agraciadas dotes para la interpretación que le permitió destacar con cierta soltura en las lides revisteriles de la época con un panorama plagado de rutilantes estrellas como Celia Gámez, Maruja Boldoba, Virginia de Matos o Queta Claver. Intervino en revistas como Tres días para quererte (1945), ¡Vales un Perú! (1947) o S. E. La Embajadora (1958), entre otras.

martes, 8 de abril de 2008

Vedettes y vicetiples (XXXVI): Luisita Muñoz

Una de las vedettes más afamadas de su tiempo, se caracterizaba por sacar en el escenario más plumas que nadie, o casi nadie; no obstante gastaba en ellas más que ganaba. Elegante, joven y bonita, cuando se subía a un escenario asombraba a la expectante concurrencia con sus apariciones y su buen hacer interpretativo.

Vedettes y vicetiples (XXXV): Lina Moragn


Una vedette “ni alta ni baja, ni guapa ni fea, ni flaca ni gorda, ni sobrada de voz ni falta de ella”[1]. Nacida en 1937, Lina siempre destacó por su peculiar humor y su dicharachera personalidad. José Muñoz Román la requirió para intervenir en El conde de Manzanares (1961) estrenada en el Martín de Madrid y, gracias a su particular gracejo, consechó múltiples y numerosos aplausos aún a sabiendas de que con su físico no podría triunfar en el mundo de la revista, género en el que imperaban esculturales bellezas; pero Lina no se arredró y conquistó a un buen número de público que sigue manteniéndose fiel a ella. Formó pareja cómica en los años sesenta con el también popular actor Juanito Navarro e intervino en comedias musicales como Pura metalúrgica (1975), Casta ella, casto él (1977), La Marina te llama (1979), ¡Vaya par de gemelas! (1981), ¡Sí... al amor! (1983), El último tranvía (1987) o Celeste... no es un color (1991). Lina consiguió hacer realidad el sueño de su vida: ser propietaria del teatro en el que empezó su carrera, La Latina.

[1] Vid. RETANA, Álvaro: Historia del arte frívolo, Madrid, Tesoro, 1964, pág. 389.

Vedettes y vicetiples (XXXIV): Trini Morén


Debutó muy joven en Barcelona erigiéndose como primera vedette en un espectáculo dirigido por Jaime Planas. Más tarde se marchó a Buenos Aires para intervenir en el Teatro Maipo de la capital argentina junto a Pepe Iglesias, “El Zorro”, como atracción de una revista. Una de sus grandes interpretaciones dentro del género frívolo fue la que realizó, tras volver a España, al presentarse en el madrileño Teatro Fontalba en una revista de Francisco Prada y Juan Valls con música del maestro Miguel C. Díaz, Busco un hombre, aunque también cosechó no pocos éxitos con la revista de Trigueros Engelmo, Las comunistas, con música de Bernardo G. Bernalt en el Salón Novedades de Valencia en 1934.

Vedetes y vicetiples (XXXIII): Amparo Miguel Ángel


Fue una de las vedettes más excepcionales que ha dado el panorama escénico español actuando en los grandes espectáculos que se programaban en el Teatro Cómico de Barcelona, destacando por sus insuperables dotes para el cante y luciéndose en cada una de sus esperadas intervenciones.

viernes, 4 de abril de 2008

HOMENAJE A VIRGINIA DE MATOS (I)


Madrileña nacida en 1932. Elegante, bella, sofisticada y seductora, su verdadero nombre era Mari Pepa. Fue considerada como una de las mejores vedettes de todos los tiempos, para algunos, incluso, mejor que Celia Gámez. Llegó a ser una de las artistas mejor pagadas de la revista musical española llegando a cobrar, incluso, la cantidad de mil pesetas diarias. Entre sus éxitos más sonados destacaron ¡Yo soy casado, señorita! (1948), Los Países Bajos (1949), El último güito (1950) ¡Aquí Leganés! (1951), entre otras y, sobre todo, Dos Virginias (1955) donde cantaba apoyándose en un bastón con una elegancia inconmensurable aquello de “Míreme, señor, pero contemple fijo sin temor; yo soy la misma que anteayer le requebró, cuando esperando a su mujer estaba usted en el Hotel Emperador”. Conoció a su marido, el vizconde de Barrantes, Juan Manuel Álvarez de Lorenzana cuando éste presenciaba una de sus revistas. Se quedó totalmente prendido de la belleza de la joven y acabó casándose con él en la Embajada cubana en Madrid. Corría el año 1951. Desde entonces, Virginia vivió retirada de los escenarios.

Vedettes y vicetiples (XXXI): Conchita Leonardo


Antes de ser descubierta por el maestro Guerrero y de llegar a convertirse en una de las vedettes más populares de su tiempo, Conchita Leonardo era figura popular en modestos espectáculos de variedades con los que recorría la geografía española. Hasta que el avispado maestro Guerrero vio en ella más posibilidades y la contrató como vedette exclusiva de su mítico teatro, el Coliseum de Madrid, escribiendo para ella algunas de sus revistas más populares como La camisa de la Pompadour (1933) que la artista estrenó en el madrileño Teatro Maravillas. También participó en otras revistas como La calle 43 (1940), La media de cristal (1943), ¡Déjate querer! (1942), Los Países Bajos (1949), El oso y el madroño (1949) o Su Majestad, la mujer (1950), entre otras.

martes, 1 de abril de 2008

Vedettes y vicetiples (XXX): Carmen de Lirio


Nombre artístico de Carmen Forns Aznar. Durante varias temporadas fue la primerísima vedette de los espectáculos que se representaban en el Paralelo barcelonés. Gracias a su admirable belleza y no menos extraordinaria simpatía, Carmen consiguió conquistar el corazón de múltiples estudiantes cuando la veían actuar. A ella le debemos el prodigioso pasacalle “En la noche de boda” perteneciente a la “revista de gran espectáculo” Esta noche no me acuesto, de 1950, con libreto de Joaquín Gasa y José Andrés de Prada y música del maestro Antonio Cabrera. Participó también en numerosas películas.

Vedettes y vicetiples (XXIX): Anita Lassalle


Figuró como extraordinaria vedette en espectáculos producidos por José Muñoz Román, Alonso y Rosillo. Actuó en múltiples revistas frívolas en escenarios como el Martín o el Eslava. Precisamente en éste último sufrió un accidente cuando se prendieron las ropas de su camerino proporcionándole graves quemaduras que la mantuvieron alejada de los escenarios. Posteriormente se retiró a Buenos Aires donde interpretó, con notable acierto y no menos éxito, comedias dramáticas muy del gusto popular de la época.

Vedettes y vicetiples (XXVIII): Tina de Jarque


Esta catalana de admirable belleza y no menos prodigiosa facilidad para el canto, llegó a eregirse como una de las vedettes más populares en las primeras décadas del siglo XX participando en multitud de revistas. Figuró en la compañía de teatros como el Martín o el Maravillas y falleció durante la guerra, cuando pretendía huir hacia Argentina con un comandante de milicias. Entre las revistas que interpretó destacan, por ejemplo, La orgía dorada (1928), La sal por arrobas (1931) y otros espectáculos de Eulogio Velasco.

Vedettes y vicetiples (XXVII): Amalia de Isaura


Una de las actrices más versátiles y polifacéticas del género que lo mismo interpretaba un chotis que un cuplé o un pasodoble, otorgándole a cada número que cantaba una asombrosa vitalidad. Abordó lo mismo la revista que el género chico o el espectáculo folclórico ya bien entrada la década de los sesenta. Fue la creadora en España del “maquietismo”, una canción cómica que imitaba todo sin ofender a nadie. Trabajó hasta edad muy madura al lado de artistas como Rocío Dúrcal o Aurora Bautista. Actuó en revistas como Las musas latinas (1913), del maestro Manuel Penella.

Vedettes y vicetiples (XXVI): Gracia Imperio


Nombre artístico de Emilia Argüelles Catalina nacida en Madrid en 1933. Fue cantante de zarzuela y revista donde interpretó múltiples espectáculos que gozaron siempre del favor del público como La media naranja (1951). Debutó en 1953 en el teatro de La Zarzuela de Madrid y, posteriormente pasaría a formar parte de la compañía del empresario Matías Colsada, de quien fue primerísima vedette hasta 1962. Más tarde actuaría en salas de fiestas y espectáculos de variedades hasta su trágica muerte en 1968 cuando murió en su piso de Valencia a consecuencia de una intoxicación de gas. Una de las anécdotas que más se recuerdan de ella, además de su atractivo físico, fue por haber aparecido en un cartel de propaganda de uno de sus espectáculos arrevistados mostrando un pecho al descubierto, algo que a la censura le trajo de cabeza; no obstante, ésta le impidió mostrar sus senos aunque fuera en fotografías.